Olivo Vivo

Donde el estrecho de Gibraltar respira humedad y el río Palmón abraza la tierra, Paola construye un refugio para la vida salvaje mientras cultiva aguacates. Su proyecto nació de un viaje largo: desde el activismo urbano hasta el barro, las aves rapaces y las 335 especies de mariposas nocturnas que ahora habitan su finca. No heredó el oficio, pero sí la convicción de que el territorio puede ser hogar, alimento y ejemplo.

En tierras de arcilla donde antes se moldeaban cántaros, ahora crecen racimos embolsados bajo el sello de la Denominación de Origen del Valle del Vinalopó. Esther no soñaba con el campo: llegó a él empujada por la crisis de 2008, dejando atrás la oficina y la ciudad. Desde entonces, lidera Uvas Amaia junto a su marido, un proyecto familiar que lleva los nombres de sus hijos y la convicción de que la agricultura española no puede extinguirse.

A 1.200 metros, sin cobertura, recuperaron lo que estaba a punto de perderse. Hoy ordeñan a mano cada madrugada y hacen quesos que cambian con las estaciones. No venden queso. Venden memoria y tierra.