La semilla de un proyecto en tierra fértil
En la Comunidad Foral de Navarra, una región con una arraigada tradición agrícola y un sector ecológico notablemente desarrollado, ha prosperado una iniciativa que tiene el potencial de cambiar las reglas del juego para las pequeñas y medianas producciones ecológicas.
Durante años, el sector se ha estado enfrentando a una paradoja fundamental: por un lado, una oferta de producción local artesana y ecológica abundante, de altísima calidad, pero atomizada en decenas de pequeñas explotaciones familiares; por otro, una demanda a gran escala, especialmente en el sector público, que buscaba incorporar estos productos pero se veía incapaz de gestionar la complejidad logística de tratar con múltiples productores y productoras al mismo tiempo.
De esta sentida necesidad, de esta “demanda histórica” del sector por apostar por los canales cortos de comercialización en el territorio, nace Ekoalde en 2018. Impulsada como una asociación sin ánimo de lucro, surge para ser una herramienta estratégica para el sector que resuelva el reto del abastecimiento colectivo a canales que, los productores y productoras por su propia cuenta, no pueden llegar.
Inicialmente, Ekoalde se concibió como un centro logístico, una herramienta colectiva diseñada para profesionalizar, centralizar y dignificar la distribución de los alimentos ecológicos navarros, convirtiéndose en una pieza clave para el desarrollo, la viabilidad y la vertebración del territorio.
El corazón del modelo: más allá de un engranaje logístico; un modelo al servicio a la pequeña y mediana producción
El modelo de Ekoalde se define por su función como —centro de acopio y logística—, una infraestructura profesional que actúa como interlocutor único entre la diversidad de productores y la homogeneidad exigida por los compradores de gran volumen.
Su funcionamiento es una respuesta directa y pragmática a la complejidad que supone para un hospital, una red de colegios o una cadena de restaurantes gestionar pedidos con decenas de pequeños agricultores.
Ekoalde simplifica drásticamente este proceso: centraliza el catálogo de productos de todos sus socios, gestiona los pedidos de forma unificada, recepciona la mercancía en su sede de Noáin, organiza una distribución capilar y eficiente, y emite una única factura agrupada, agilizando la administración para ambas partes.
Esta profesionalización logística es, en esencia, un acto de creación de mercado. Resuelve lo que en economía se conoce como un “fallo de coordinación”: la incapacidad de agentes individuales (los productores) para alcanzar un resultado beneficioso para todos debido a la falta de un mecanismo central que organice su acción. Ekoalde es ese mecanismo. Permite a sus socios acceder a mercados lucrativos que exigen un volumen, una consistencia y una profesionalidad que, individualmente, les serían inaccesibles.
El proyecto es, además, un ejemplo de colaboración público-privada, impulsado desde sus inicios por entidades clave como el Consejo de la Producción Agraria Ecológica de Navarra (CPAEN/NNPEK) y el instituto tecnológico INTIA, demostrando que la cooperación entre diferentes actores es fundamental para construir infraestructuras de mercado resilientes y duraderas.
Una Expansión Constante: Crecimiento e impacto a gran escala
El impacto de Ekoalde en el sistema alimentario navarro ha sido considerable y medible. Hoy, como su equipo comparte con un orgullo palpable, “los alimentos ecológicos y locales de Ekoalde tienen presencia en más de 15.000 menús diarios de centros educativos, residencias de mayores y hospitales”.
Esta cifra, de una escala impresionante, abarca un amplio espectro de la restauración colectiva, incluyendo 45 centros escolares, centros sociosanitarios y hospitales tan significativos como el Hospital Universitario de Navarra. Ekoalde se ha consolidado como el primer operador de alimentación ecológica de proximidad para estas entidades, articulando de manera efectiva la práctica totalidad de su demanda.
Este rápido crecimiento no surgió de la nada; fue catalizado por una decisión política valiente y estratégica: un decreto del Gobierno de Navarra de 2019 que estableció la obligatoriedad de incluir un mínimo de productos ecológicos y locales en los menús escolares. Esta política de compra pública transformó radicalmente el panorama, creando una demanda estable, predecible y de gran volumen. Como recuerda su coordinador, “el salto ha sido de gigante y lo hemos podido dar porque el Gobierno de Navarra se ha implicado y ha hecho un pliego de contratación a 4 años”.
La seguridad de estos contratos plurianuales fue el punto de inflexión. Permitió a Ekoalde y a sus productores pasar de un modelo de venta reactiva, sujeto a la incertidumbre del mercado, a uno de producción planificada y proactiva. “En Ekoalde lo que hacemos es estructurar la oferta y la demanda mediante acuerdos de compra a un año vista para poder planificar las plantaciones", explican.
Esta garantía no solo afianzó a los productores existentes, sino que creó un incentivo real para que nuevas explotaciones se sumaran al sector ecológico, al existir ahora un mercado visible y rentable. Con la restauración colectiva suponiendo ya el 70% de su actividad, el objetivo actual es seguir expandiéndose, abriéndose con fuerza al sector profesional de la hostelería tradicional, donde están teniendo una excelente acogida al ser reconocidos como el proveedor que representa "el auténtico sabor de la huerta navarra".
Navegando la realidad: Retos y horizontes futuros
Con una base consolidada y un crecimiento probado, Ekoalde mira hacia el futuro con una visión estratégica clara. La asociación está inmersa en el desarrollo de un plan a cinco años centrado en tres retos fundamentales: la articulación del sector, la digitalización y la consolidación de su viabilidad económica a largo plazo. El objetivo, en sus propias palabras, es que "nuestro esfuerzo se centre ahora en ser cada vez más competitivos y que cada vez sea más fácil consumir alimentos locales y ecológicos". Esto implica una optimización constante de los procesos, desde la gestión de almacén hasta las rutas de reparto, para seguir siendo una herramienta útil y eficiente para sus socios y clientes.
Esta visión de futuro trasciende incluso las fronteras regionales. La participación de Ekoalde en proyectos transfronterizos como RESELOC, junto a socios del País Vasco y Nueva Aquitania (Francia), demuestra su vocación de aprender y compartir conocimientos en un marco más amplio, entendiendo que los desafíos y las soluciones a los sistemas alimentarios locales son, en muchos casos, compartidos.
El Factor Humano: La Comunidad que lo hace posible
Más allá de la logística, los presupuestos y los planes estratégicos, el mayor mérito de Ekoalde, y el verdadero corazón de su éxito, reside en su comunidad. Como expresan desde dentro con una mezcla de asombro y orgullo, es "ultra meritorio" haber logrado que 66 familias productoras y elaboradoras de toda Navarra se pongan de acuerdo para remar en la misma dirección.
Esta afirmación encierra la esencia del proyecto. En un sector primario a menudo caracterizado por el individualismo, Ekoalde es la prueba del poder de la acción colectiva. Su equipo lo resume de forma elocuente: "Imagínate que se ponen de acuerdo 60 producciones locales para compartir toda su vida, experiencia, conocimiento, pasión, trabajo, compromiso, ganas. Imagínate, eso es Ekoalde”.
Esta fuerza colectiva es la que define su gobernanza. No es una empresa al uso con una jerarquía vertical; son los propios productores quienes, en asamblea, toman las decisiones estratégicas sobre el modelo de negocio y la política de precios, asegurando que el sistema sea justo y beneficioso para todas las partes.
Esta unión no solo les ha dado acceso a nuevos mercados, sino que les ha otorgado un poder de negociación y una resiliencia que serían inalcanzables de forma individual. Han demostrado que la cooperación no es una utopía, sino la estrategia más pragmática y poderosa para construir un futuro viable para el sector primario ecológico.
Sembrando un modelo profesional y replicable
Ekoalde es mucho más que un centro de distribución. Es una pieza esencial de infraestructura de mercado que ha desbloqueado un canal de millones de euros para sus asociados, un mercado que de otro modo sería inaccesible.
Al profesionalizar la logística y agregar la oferta, ha hecho que la agricultura ecológica a pequeña escala sea una opción económicamente mucho más atractiva y sostenible en Navarra, demostrando que es posible competir en mercados exigentes sin renunciar a los principios de la producción local y ecológica.
Su historia es un testimonio del poder de la colaboración y del impacto transformador que puede tener una política pública valiente y bien diseñada. Ekoalde no solo está alimentando a miles de personas cada día con productos sanos y de proximidad; está sembrando un modelo de éxito, una hoja de ruta profesional y replicable para otras regiones que busquen, como Navarra, fortalecer su soberanía alimentaria y asegurar un futuro digno y próspero para su campo.